¡Alto al
bombardeo sobre Afganistán!
¡Alto a la guerra y al racismo!
International Action Center
Nueva York, 10-10-2001
(Traducción CSCAweb)
El complejo militar-petrolífero
norteamericano ve la tragedia del World Trade Center como una
oportunidad cínica en la particular carrera que mantienen
contra sus rivales en Alemania y Rusia por hacerse con el control
de los recursos petrolíferos de la ex Unión Soviética

Mientras la campaña de bombardeos de EEUU contra el
pueblo de Afganistán continua y aumenta el número
de víctimas mortales, el International Action Center
(IAC) condena en los términos más fuertes posibles
este último bombardeo sobre la población civil.
Desde el primer momento en que comenzó la campaña
de bombardeos, el IAC (IAC) ha venido trabajando con un grupo
muy amplio de fuerzas para una movilización de emergencia.
Las declaraciones de la derechista administración Bus
sobre la extensión de la guerra a terceros países,
que la guerra durará años, y de que todos los medios
posibles serán utilizados, dejan muy claro que el movimiento
ha de seguir movilizando todos y cada uno de los recursos con
los que cuente en contra de la guerra imperialista. Washington
la amplia red con la que cuenta el Pentágono en la región,
tales como las bases militares y marítimas en el Golfo
Pérsico y el Océano Índico que han estado
listas para la guerra durante años, para atacar cualquier
país.
El caos, la pobreza y la furia que inundan la región
has sido creados por la anterior política de guerra norteamericana.
Es la misma furia que ha puesto en peligro las vidas de gentes
que trabajan aquí mismo, en EEUU. La perpetuación
del terror militar norteamericano no creará mayor seguridad.
La guerra no es la respuesta.
¿Qué hay detrás
de la última guerra de Washington?
El complejo militar-petrolífero norteamericano ve la
tragedia del World Trade Center como una oportunidad cínica
en la particular carrera que mantienen contra sus rivales en
Alemania y Rusia por hacerse con el control de los recursos petrolíferos
de la exUnión Soviética. Durante años, Texaco,
Chevron y ExxonMobil, las corporaciones petrolíferas
más grandes del mundo que han invertido enormes cantidades
en Asia Central han estado intentando construir un gaseoducto
y un oleoducto desde el Mar Caspio hasta el Océano Índico.
Es decir, a través de Afganistán.
Diez años de guerra y sanciones contra Iraq que continúan
vigentes a día de hoy han permitido a EEUU mantener una
fuerza de ocupación en la región del Golfo, con
el mantenimiento de portaaviones, bases militares, y 30.000 soldados
norteamericanos. El bombardeo sobre Yugoslavia permitió
establecer una fuerza similar en los Balcanes. Esta semana, miles
de tropas estadounidenses y el equipo correspondiente han sido
instaladas en Uzbekistán.
Tal y como ha ocurrido en guerras anteriores, el Pentágono
dice haber bombardeado únicamente instalaciones militares.
Pero esas guerra también habían tenido como objetivo
áreas civiles y de infraestructuras. En esta ocasión,
ocurre otro tanto de lo mismo. Mientras se reproduce una campaña
de contenido fuertemente racista consistente en la demonización
de un único individuo, Osama Ben Laden, aviones norteamericanos
están bombardeando a miles [de civiles]. El resultado
de esa campaña irá desde el asesinato vil hasta
el desplazamiento forzado de millones de afganos, que ahora son
víctimas de la malnutrición extrema después
de varios años de guerra y sequía. Afganistán
es ya un país en ruina después de 20 años
de guerra continuada, en un conflicto alimentado con armamento
estadounidense.
Arrojar desde los aviones 37.000 raciones de comida diarias
no puede reemplazar los esfuerzos de ayuda humanitaria que hasta
ahora habían estado alimentando a cinco millones de personas
al día. Organizaciones humanitarias como Médicos
Sin Fronteras, GOAL, Concerní o Trócaire han emitido
comunicados en los que critican las acciones de EEUU por lo que
suponen de retroceso para los esfuerzos de ayuda humanitaria
que se venían realizando hasta ahora: "La situación
actual contraviene todas las normas internacionales que regulan
la posición de los refugiados y los civiles en tiempos
de guerra", afirma Trócaire en su declaración.
Médicos Sin Fronteras ha atacado directamente la operación
publicitaria del Pentágono de arrojar paquetes de comida,
y afirma que la operación "no es de ningún
modo una operación humanitaria, sino una operación
de propaganda militar destinada a obligar a la comunidad internacional
a aceptar la operación militar de EEUU".
Movilizaciones contra la guerra y
el racismo
Contra toda esta propaganda, las protestas que han tenido
lugar en EEUU y en las que han participado miles de ciudadanos
norteamericanos han puesto de manifiesto que la guerra no cuenta
con el apoyo que predican los medios de comunicación.
Antes de los bombardeos, 20.000 protestaron en Washington DC,
y otras tantas hicieron lo mismo en San Francisco y Los Ángeles
el 29 de septiembre bajo el lema de Actuemos Ahora para Parar
la Guerra y el Racismo (Act Now to Stop War and End Racism,
ANSWER).
El 7 de octubre, primer día de los bombardeos, 10.000
neoyorquinos se manifestron desde Union Square hasta Times Square,
cortando el tráfico y gritando "¡EEUU fuera
de Afganistán!" Cinco mil personas se manifestaron
en San Francisco y en las 48 horas siguientes varios miles más
se manifestaron en Nueva York, Búfalo, Washington, Boston,
Princeton, Cleveland, Atlanta, Houston, Denver, Boulder, Los
Angeles, Berkeley, Oakland, San Diego, y en decenas de universidades:
American University, Princeton university, Massachussets Technological
Institute, Harvard, Vassar College, la Universidad de Michigan,
Wesleyan university, UC Berkeley, San Francisco State University,
Mission Higs School, y otras.
Cada día que pasa se hace más evidente que los
trabajadores norteamericanos no van a obtener ningún beneficio
apoyando los planes bélicos de la administración
Bush y el Pentágono, que están intentando recabar
apoyos para una guerra que podría durar años. El
dinero hace falta aquí, en EEUU, para crear puestos de
trabajo, construir escuelas, y reforzar el sistema sanitario
y la seguridad social. Los derechos civiles de los inmigrantes
y activistas están siendo sacrificados en aras de la "seguridad
nacional". El racismo y las detenciones por motivos de pertenencia
a un grupo étnico concreto se han convertido ya la norma
habitual en todo el país.
Los bombardeos no traerán seguridad a EEUU, que todavía
está recuperándose de los efectos de las terribles
pérdidas del 11 de septiembre. Esta guerra solamente puede
ser vista por millones de personas oprimidas en el mundo entero
como un acto de agresión, dará lugar a mayores
dosis de furia y animará las protestas anti-norteamericanas
desde Palestina a Pakistán, pasando por Egipto.
El 27 de octubre se ha convocado un nuevo acto contra la escalada
bélica en el mundo entero. La Coalición Internacional
ANSWER ha fijado este día como fecha en la que se celebrarán
en todo el mundo concentraciones, manifestaciones y actos de
protesta contra la guerra y el racismo. Para obtener más
información sobre estos actos, es posible visitar la página
www.internationalanswer.org
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