La tertulia de Ben Laden:
una evaluación contextualizada del vídeo sobre
los atentados del 11 de septiembre
Luz Gómez García*
CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 26 de diciembre
de 2001
El pasado 13
de diciembre fue difundido el vídeo de una conversación
de Ben Laden con otros correligionarios sobre los atentados del
11 de septiembre. La arabista Luz Gómez García
presenta en este texto para CSCAweb una evaluación contextualizada
de esta conversación, a fin de hacerla "culturalmente
inteligible": "Cualquiera que haya leído la
transcripción que ofreció, entre otros diarios,
El País el pasado viernes 14 pensará o que
la conversación está mal comprendida o que Ben
Laden y sus contertulios no rigen. (...) Lo que la vuelve tan
fantasmagórica e ininteligible a nuestros ojos es que
está trufada de referencias a los orígenes del
islam e inmersa en un contexto islamista"
Tras la divulgación el pasado jueves 13
de diciembre del último vídeo de Bin Laden, algunas
personas que han tenido a bien prestar atención al conjunto
me han preguntado por aspectos concretos de la conversación.
Por ello, y sin otro ánimo que el de hacer culturalmente
inteligible la charla, convendría comentarla. Porque cualquiera
que haya leído la transcripción que ofreció,
entre otros diarios, El País el pasado viernes
14 pensará o que la conversación está mal
comprendida o que Ben Laden y sus contertulios no rigen. Y una
cosa es su locura política y otra que su conversación
sea lo delirante que parece. Lo que la vuelve tan fantasmagórica
e ininteligible a nuestros ojos es que está trufada de
referencias a los orígenes del islam e inmersa en un contexto
islamista.
Para empezar, la reiterada mención de Alá,
que tan cargante resulta, perdería la mitad de su impacto
si en lugar de su exótica transcripción se hubiese
recurrido a su traducción, God al inglés
y Dios en castellano, pues no a otra instancia oran los musulmanes
o los cristianos, y hasta los judíos, árabes. En
cualquier caso, la continua invocación a Dios y el sometimiento
al designio divino del más nimio acto humano es elemento
distintivo no ya del pío creyente, sino de la propia lengua
árabe cotidiana, que a un simple "¿Cómo
estás?" responde "A Dios gracias". La historia
de la lengua árabe está indisolublemente ligada
a la aparición del islam y su expansión por territorios
de culturas muy diversas, de manera que la arabización
siempre ha llevado implícito el carácter religioso
de la lengua en que se reveló el Corán. Los distintos
dialectos que hoy se hablan por la geografía árabe
han heredado este sello: "Dios te bendiga", o sea,
"gracias", se pronuncia en marroquí "baracalofi",
y es tan corriente en el norte de Marruecos que algunos viejos
españoles, de los que no han perdido la memoria histórica
de nuestro pasado colonial, todavía dicen de una persona
marrullera que "es de baracalofi".
Pero lo realmente específico de la tertulia
de Ben Laden es su discurso islamista: el islamismo, que no el
islam, es una construcción ideológica, y como tal,
siguiendo el par analítico de Norberto Bobbio, una descripción
y un programa de acción. La pluralidad de los islamismos
que ha conocido y conoce el islam surge de la diversidad de descripciones
y análisis del orden sociopolítico establecido,
de su opresión, con las consiguientes llamadas bien a
transformarlo bien a derrocarlo. El de Ben Laden tiene un doble
anclaje: heredero por una parte del puritanismo wahhabí,
su experiencia se inserta en el devenir del islamismo a lo largo
del siglo XX.
El regreso a los orígenes, al utópico
modelo islámico primigenio, constituye la médula
de la doctrina wahhabí, que toma como modelo la lucha
de Mahoma contra los ricos comerciantes de La Meca, de los cuales
era miembro y de los cuales se separó para seguir la autenticidad
espiritual que Dios le iba revelando a través del Corán.
No hace falta insistir en las concomitancias entre este perfil
y la conocida biografía de Ben Laden. A lo largo de la
charla que se nos ha ofrecido, la lucha de Ben Laden y los suyos
se compara con la de aquellos primeros musulmanes que tuvieron
que abandonar La Meca hacia Medina huyendo de la represión;
son los llamados "emigrantes", los muhayirín
-en la versión publicada denominados erróneamente
"mujahedeen", forma inglesa del exitoso término
muyahidín- que fueron acogidos por sus aliados
medineses, los ansar, ahora interpretados por los talibanes.
La mención a Abu Bakr, Othman y Alí -seguramente
también a Omar, aunque no aparece en la traducción-
se inserta en esta tradición que considera el tiempo de
los Cuatro Califas Bien Guiados (632-660) el único periodo
en que, tras Mahoma, se hizo realidad el verdadero Estado islámico.
Sin embargo, debe notarse que todo el discurso en que se insertan
estas alusiones está en boca del jeque visitante, que
incluso llega a darse cuenta de la osadía de sus comparaciones
y se excusa por decirle tales cosas a Ben Laden: para un musulmán,
la modestia es una de las primeras virtudes. Hay otras cualidades
típicamente islámicas que deben leerse en este
sentido; por ejemplo, la petición de paciencia que Ben
Laden hace a sus seguidores tras el impacto del primer avión,
o la limpieza del recinto en que tiene lugar el encuentro, de
la que se sorprende gratamente el jeque.
La pugna por el monopolio del verdadero islam,
del que se han querido adueñar tanto el poder político
como la religiosidad popular, los integristas tanto como los
modernistas, ha marcado el islam del siglo XX. Ben Laden hace
referencia a ello en un par de ocasiones, con un tono asertivo
y una explicitud ("aquellos que quieran rendir culto a Alá
sin seguir su doctrina se equivocan"; "aquellos jóvenes
que llevaron a cabo las operaciones no aceptaban cualquier fe
en términos populares") que contrastan con las frases
manidas del jeque ("le golpeará con la mano de los
creyentes, de los buenos creyentes, los creyentes fuertes").
En este sentido, la trayectoria de ambos en la disidencia islamista
saudí -a sus principales líderes hace alusión
al comienzo de la charla el jeque- debe tenerse en consideración
para contextualizar la referencia al combate contra el gobernante
injusto, base de toda la historia política del islam.
El relato del jeque al inicio de la tertulia es muy revelador
del modo de operar del pensamiento y la praxis islámica:
un grupo de creyentes exhorta a un ulema para que dé respuesta
a un requerimiento sobre una cuestión de fe, y la respuesta
de éste constituye una fetua. El dictamen de los ulemas
disidentes saudíes sobre el martirio y la licitud de los
atentados de Nueva York y Washington no deja de ser plenamente
moderno en forma y fondo, por más que a nosotros no nos
lo parezca: el vídeo y la radio multiplican hasta el infinito
el eco de las fetuas, que extienden la culpabilidad del gobernante
americano a sus electores, que no se rebelan contra él.
En este punto, la arenga islamista del jeque entronca directamente
con el llamado salafismo yihadista, que propugna el yihad para
liberar la tierra del islam de la ocupación americana.
A pesar de los modernos medios de proselitismo
islamista, el discurso de los tertulianos de Ben Laden se ciñe
a la más clásica estética islámica.
Hay cuatro elementos que destacan:
1) El dikr, las fórmulas que ensalzan
la gloria de Dios y sus atributos, tan esparcidas en la conversación
como repetidas de continuo en la práctica ritual del musulmán.
2) El Corán, presente de varios modos: mediante
recitaciones que crean un clima especial -no otra cosa que aleyas
son los mal llamados por los transcriptores de la cinta "versos
cortos e incompletos" que preceden a la primera elocución
de Ben Laden-, o mediante la introducción de sentencias
coránicas en apoyo de determinadas tesis -"esto se
va a dar la vuelta y les devolverá el golpe"-, o
recurriendo a su vocabulario específico -los "impotentes
mentales", los "hipócritas", "las
distintas clases de seguidores"- y a sus parábolas
-como la de los durmientes de las cavernas que salieron al cabo
del tiempo a la verdad de la religión, y que subyace en
la imagen de la "salida de América de sus cuevas".
3) Los sueños visionarios, que en el vídeo
pueden llegar a parecer una obsesión hilarante si se desconoce
la importancia de los sueños en toda la tradición
islámica, desde el Corán, donde aparece Abraham
dispuesto a sacrificar a su hijo según le ordena Dios
en un sueño, o donde también son premonitorios
los sueños de José, al contemporáneo sueño
en que Dios indicó al compañero de prisión
de Sayyid Qutb, el prócer del actual islamismo radical
ejecutado en la cárcel egipcia en 1966, cómo iniciarse
en el estudio de una nueva visión del islam.
4) La poesía, que goza de un estatus principal
en el imaginario árabe, tanto laico como religioso: los
versos finales son otro vehículo de propaganda.
Una precisión final: el jeque, como muestra
la relación que mantiene con Ben Laden, no es una autoridad
religiosa, sino un invitado al que se le muestra el respeto debido
mediante la concesión del tratamiento de "jeque".
Es curiosa la falta de femenino en castellano para este término,
que en árabe sí lo tiene: piénsese en la
cantante Cheija Rimitti, tan alejada de cualquier veleidad
islamista. Un botón más de la larga lista de malentendidos
históricos que entorpecen un acercamiento objetivo al
islam.

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