BCN2001
LOS FALSOS ALIVIOS DE LA DEUDA DE LOS PAÍSES POBRES
Eric Toussaint*
 

A fines de abril del 2001 se realizará en Washington la asamblea de primavera del Banco Mundial y del FMI. Es tiempo de puntualizar cuales han sido las concreciones en materia de reducción de la deuda de los países más pobres. La realidad se halla a años luz de las promesas realizadas.

En 1996 el Banco Mundial, el FMI, el G7 y el Club de Paris lanzaron una iniciativa destinada a fortalecer la capacidad de los Países Pobres Altamente Endeudados (PPAE o HIPIC en inglés para retomar la terminología utilizada por las instituciones de Bretton Woods) de modo de asegurar el efectivo reembolso de una deuda insostenible. Era preciso reducir el pesado fardo de la deuda con el objeto de evitar que los PPAE no siguieran acumulando eternamente los retrasos en sus pagos. Esta decisión de los acreedores no significaba generosidad alguna. Se trataba de un frío cálculo destinado a mantener los flujos de los reembolsos. Y fue en este marco que el G7, el FMI y el BM prometieron anular el 80% de las deudas de los PPAE. Sucedió en la Cumbre del G7 realizada en junio de 1996 en Lyon (Francia). Tres años más tarde, en otra Cumbre del G7 llevada a cabo en junio de 1999 en Colonia (Alemania) anunciaban una reducción todavía mayor, hasta el 90% de las deudas.

Esta última cifra surgió debido a la presión ejercida por la campaña mundial para la anulación de la deuda de los países más pobres, conocida como Campaña Jubileo 2000. La iniciativa del Banco Mundial y del FMI, comprende 41 países, es decir una pequeña minoría de los países en desarrollo (la OCDE registra 187 países en desarrollo - OCDE, estadísticas de la deuda externa, 2000)

En el 2001, cinco años después de la fanfarria con que se anunciaba la iniciativa para los PPAE, solo algunos países han logrado una efectiva reducción de los montos a reembolsar en concepto de servicios por su deuda externa. En total sobre los 41 PPAE, solo 22 (de los cuales 18 correspondientes al Africa subsahariana) se hallan realmente, desde diciembre de 2000, en la lista de futuros beneficiarios de una reducción de los servicios de sus deudas. (Boletín del FMI, 15 de enero de 2001; IMF press conference 23 abril 2001, imf.org). A pesar de los reiterados anuncios los resultados son tan escasos que a las instituciones de Bretton Woods tanto como a los países más industrializados, les resulta cada vez más difícil ocultar la magnitud de la superchería. He aquí algunas cifras y referencias que lo atestiguan ampliamente:

Algunas cifras tipo telegráfico

  • Evolución del monto de la deuda de los 41 países pobres muy endeudados seleccionados por el FMI y el Banco Mundial que deberían beneficiarse con una quita:

En 1999, monto de la deuda de los PPME: 158.4 miles de millones de dólares.
En 1996, monto de la deuda de los PPME: 205.5 " "
En 1997, monto de la deuda de los PPME: 202.1 " "
En 1998, monto de la deuda de los PPME: 204.4 " "
En 1999, monto de la deuda de los PPME: 209.8 " "
En 2000, monto de la deuda de los PPME: 207.9 " "
En 2001, monto de la deuda de los PPME: 214.9 " "

(Fuente: FMI, Worl economic Outlook,www.imf.org)

Comentario: Entre 1990 y 1996, el monto aumentó un 30%. En 1996 el G7, el FMI y el BM anunciaron una anulación que podría ascender a un 80%, pero en la práctica, lejos de disminuir, la deuda prosiguió su curva ascendente y trepó un 4,7 % suplementario en cinco años.

  • Transferencias negativas netas

En 1999, los PPAE reembolsaron 1.680 millones de dólares más de lo que recibieron en calidad de nuevos préstamos (Fuente: Banco Mundial, Global Development Finance,2000). Es decir que sufrieron una transferencia negativa neta en beneficio de sus acreedores. ¿Quién es el generoso y con quién? ¿Cómo es posible hablar de países donantes con relación a los países más industrializados y de prestamistas de fondos en relación al FMI y al BM, cuando es sabido que las economías más pobres están reembolsando mayores montos que los que reciben en calidad de nuevos préstamos?

Crece el servicio de la deuda pagada por los PPME

Entre 1996 y 1999, según el Banco Mundial, el servicio de la deuda de los PPME globalmente considerada aumentó un 25% (pasó de 8.860 millones de dólares en 1996 a 11.440 en 1999 - fuente WB, GDF,1999 y 2000.

Según la OCDE, la deuda de los PPME, con relación al FMI y al Banco Mundial, la deuda multilateral pasó de 70.7 mil millones en 1998 a 70.4 mil millones de dólares en 1999 (Fuente: OCDE, Estadísticas de la deuda externa, 1999 p.18; 2001, p.17). En síntesis, no disminuyó y si lo hizo fue apenas (menos del 0,5%). Siempre según la OCDE, la restante deuda externa de los PPME (deuda bilateral más deuda privada) solo disminuyó un 6.6% durante el período 1998-99. Esta reducción es esencialmente atribuíble a Francia (Fuente:ibidem)

¿Y qué irá a pasar en el futuro? El Banco Mundial y el FMI proclaman que las anulaciones, ya anunciadas para 22 países representarán un alivio de 34 mil millones de dólares distribuidos a lo largo de varios años. Resulta abracadabrantesco. En realidad como ya lo ha afirmado el CADTM en varias oportunidades, ni el FMI ni el BM anularán estas deudas. Los dirigentes de estas instituciones mienten vergonzosamente cuando dan a entender que anularán lo que les corresponde. La deuda multilateral será bien y bellamente reembolsada al FMI y el BM a través de una alcancía llamada " Fondos fiduciarios" (1)

El funcionamiento de estos Fondos ha sido explicitado en el Informe relativo a "Las actividades y el control del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial" presentado a la Asamblea Nacional Francesa por el diputado Yves Tavernier el 13 de diciembre de 2000. En el Informe Anual 2000 del FMI y en el documento redactado por Yves Tavernier se advierte que las sumas efectivamente desembolsadas por el FMI entre la fecha de la iniciativa para los PPAE en 1996 y el año 2000 es del orden de los 400 millones de dólares, monto inferior al pagado a los 2300 empleados del FMI (451 millones de dólares en el 2001)...En cuanto a la suma desembolsada por el Banco Mundial, esta es inferior a sus ganancias anuales que alcanzan a los 1.500 millones de dólares. Además es preciso destacar que lo que desembolsan el FMI y el BM, vuelve a reingresarles inmediatamente bajo la forma de reembolsos. Lo así desembolsado se dirige a los diferentes Fondos fiduciarios cuyo objetivo es servir al reembolso de las deudas de los PPAE, con relación a las mismas instituciones, que no renuncian jamás a cobrar ningún crédito.

El alivio de la deuda de los PPAE solo responde parcialmente a las deudas bilaterales. En este caso las anulaciones proceden de los Estados acreedores (generalmente coaligados en el seno del Club de Paris). Y también allí hay malicia, porque cuando un gobierno de un país industrial anuncia la anulación, su monto es sistemáticamente exagerado. El verdadero costo de una anulación ronda en general entre el 10 y el 25% de la deuda públicamente reconocida. De modo que cuando Bélgica, anuncia por ejemplo, que está dispuesta anular 36 millones de créditos públicos otorgados a Vietnam (país PPAE) su costo para el Tesoro belga es del orden de un 25% es decir de nomás de 9 millones de dólares. Además esta suma no se destina a Vietnam sino que se contabiliza como gastos de las finanzas públicas belgas destinadas a recomprar un crédito cuyo valor nominal es de 36 millones de dólares. El equivalente a 9 millones de dólares son aportados por la Secretaría de Estado para la Cooperación Exterior belga a la Oficina del Ducroire, organismo público belga que asegura a los exportadores belgas (similar a lo que en Francia hace el organismo privado Coface).

Francia, exige en su caso, a los PPAE, el reembolso de la deuda bilateral. Una vez realizado este reembolso Francia se lo devuelve en concepto de donación. Resulta totalmente arbitrario llamarle a esto anulación.

El último informe de la OCDE ha dedicado abundantes referencias a lo precedentemente expuesto: " La iniciativa para los PPAE no se traducirá jamás en una reducción del valor nominal del monto de la deuda porque los alivios se referirán esencialmente al perdón de los intereses y de las donaciones destinadas a financiar el servicio de la deuda, y no de perdones directos al monto de la deuda" (OCDE, op.cit. p.10).

La finalidad de la iniciativa consiste en disminuir un poco el peso de la deuda sobre las finanzas de los países más pobres con el objeto de mantenerla. Los PPAE permanecen encadenados a los acreedores lo que les permite imponer a los gobiernos la continuidad de las políticas que responden a los intereses de los países más industrializados y a sus multinacionales. El BM y el FMI se encargan de dictar tales políticas junto al Club de París en el marco de las Facilidades para la reducción de la pobreza y el crecimiento (FRPC) y los documentos estratégicos para la reducción de la pobreza (DERP), que son el nuevo nombre con que se designan las políticas de ajuste estructural.

La aceptación de estas políticas constituye una condición sine qua non impuesta por el FMI, el BM y el Club de París a cambio de la promesa de futuros alivios de la deuda y de nuevos créditos para el ajuste. Estas precisas políticas (denominadas "condicionalidades" en la jerga de las instituciones de Bretón Woods) implican la aceleración de las privatizaciones de los servicios (agua, electricidad, telecomunicaciones, transportes públicos); la privatización de las empresas públicas industriales; la supresión de los subsidios a los productos básicos (pan u otros alimentos básicos); el aumento de los impuestos pagados por los pobres con la generalización del IVA (a un valor único del 18% como sucede en la Unión Económica y Monetaria del Oeste Africano); el abandono de las protecciones aduaneras; la liberalización de la entrada y salida de capitales ( lo que generalmente se traduce en una salida masiva de los capitales); la privatización de la tierra; la política de cobro de las inversiones en salud y educación.

Las condiciones son tan draconianas que dos países que habían sido seleccionados por el BM y el FMI para integrar el grupo de los 41 PPAE decidieron en el 2000, rechazar la oferta. Fueron Ghana y la República de Laos.

Si se quisiera mejorar realmente la situación de alrededor de 400 millones de habitantes de los PPAE, se debería anular totalmente la deuda externa de esos países, y abandonar al mismo tiempo las políticas de ajuste y reintegrarles lo que le ha sido expoliado a dichos pueblos (lo que normalmente se llama bienes mal adquiridos)

La anulación de la deuda de los países más pobres no debería ser más que un primer paso.

En realidad luego de la explosión de la crisis de la deuda en 1982, los flujos han transitado desde los países en vías de desarrollo hacia los países ricos y no a la inversa como infundadamente pretenden los dirigentes de las instituciones financieras internacionales. De este modo se asiste desde hace dos décadas a una transferencia neta y masiva de riquezas. El mecanismo de reembolso de la deuda se ha agregado a otros ya preexistentes (desigual intercambio comercial, pillaje de las riquezas naturales y humanas, fuga de cerebros, repatriación de los beneficios hacia las casas matrices,etc.) y además los ha reforzado poderosamente. Desde 1982 los países en vías de desarrollo han transferido a sus acreedores el equivalente a varias decenas de planes Marshall2 ( mientras las elites capitalistas locales cobran de paso su comisión).

Resulta urgente contrarrestar rápidamente el discurso oficial: es necesario anular la deuda externa pública del Tercer Mundo.

Si lo analizamos, la deuda del Tercer Mundo no es tán pesada si la comparamos con la deuda histórica, ecológica y social que han contraído con él los países ricos del Norte. La deuda del Tercer Mundo (sin incluir al ex bloque del Este) alcanza en los 2001 a los 2.100 mil millones de dólares (de los cuales el 75% corresponde a la deuda pública) lo que representa solo un pequeño porcentaje de la deuda mundial cuyo monto es de 45.000 mil millones de dólares (la suma de la deuda pública y de la deuda privada en los EEUU llega, ella sola, a los 22.000 mil millones de dólares).

Si la deuda pública externa del Tercer Mundo fuera totalmente anulada sin ningún tipo de indemnizaciones a los acreedores, solo representaría una pérdida del 5% para sus carteras. Contrariamente, para las poblaciones que se librarán de tan pesado fardo, significaría la posibilidad de incrementar considerablemente sus inversiones en salud, educación, creación de empleos, etc. Efectivamente el reembolso de la deuda pública del Tercer Mundo constituye, bien o mal, una erogación de alrededor de 200 a 250 mil millones de dólares, es decir de 2 a 3 veces la suma necesaria para satisfacer las necesidades básicas fundamentales según la definición de las Naciones Unidas.3

*Eric Toussaint es presidente del Comité para la Anulación de la deuda del Tercer Mundo

cadtm@skynet.be

Bibliografía :

OCDE (2000), Statistiques de la dette extérieure. Principaux agrégats : 1998 - 1999, Paris, 2001, 36p

ONU (2000), " Financing for Development, A critical global collaboration ", in fact sheet, 2pp

Toussaint Eric , Zacharie Arnaud (2000), Le Bateau ivre de la mondialisation, Escales au sein du village planétaire, coédition CADTM- Bruxelles / Syllepse - Paris, 2000, 264p.

Toussaint Eric , Zacharie Arnaud (2001), Afrique : Abolir la dette pour libérer le développement, coédition CADTM- Bruxelles / Syllepse - Paris, 2001, 272p.

UNCTAD, The least developed countries 2000 report, New York - Genève, 2000, 252p World Bank, Global Development Finance, 1997, 1998, 1999, 2000, Washington

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(1) Ver Eric Toussaint. " Briser la spirale de la dette" " en Le Monde Diplomatique setiembre de 1999.

(2) El Plan Marshall (1948-1951) fue concebido por la administración del Presidente demócrata Harry Truman bajo el nombre de European Recovery Program, pero fue inmediatamente conocido con el nombre del Secretario de estado de esa época Georges Marshall ( que fue Jefe de Estado Mayor General entre 1939 y 1945) encargado de ponerlo en marcha.. Entre abril de 1948 y diciembre de 1951, los EEUU acordaron en calidad de préstamo a dieciséis países europeos, una ayuda de 12,5 mil millones de dólares. Este Plan tenía por objeto favorecer la reconstrucción de Europa devastada durante el transcurso de la Segunda Guerra mundial.

Es necesario tener en cuenta que actualmente hacen falta 6,28 dólares para el equivalente de un dólar de 1948. de modo que el costo del Plan Marshall sería hoy en día de 78,5 mil millones de dólares. Si se computa el total de los reembolsos efectuados por el Tercer Mundo en 1999 por su deuda publica, es decir 240 mil millones de dólares (Fuente Banco Mundial,, GDF,2000) a los países industrializados, se concluye que ha sido el equivalente a 3 Planes Marshall. Siguiendo esta idea, desde 1980 hasta la fecha, los países del Tercer Mundo han transferido a sus acreedores de los países centrales un total de 42 Planes Marshall ( más de 3.350 mil millones de dólares)

(3) El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la UNICEF estiman que un gasto anual de 80 mil millones de dólares en un período de 10 años permitiría garantizar el acceso a la educación básica, al cuidado de la salud, a una alimentación adecuada, al agua potable y a la infraestructura sanitaria, a las mujeres el acceso al cuidado ginecológico y obstétrico, a todos los seres humanos.

Ochenta mil millones de dólares, es casi cuatro veces menos que lo que el Tercer Mundo reembolsa en concepto de pago de la deuda externa: aproximadamente un cuarto del presupuesto militar de los EEUU; el 9% de los gastos militares mundiales; el 8% de los gastos publicitarios de todo el mundo; la mitad de la fortuna de las cuatro personas más ricas del planeta. Miseria presente, riqueza posible.